El orgullo y el cultivo de la humildad, con Pritam Pal Singh Khalsa

Por Pritam Pal Singh Khalsa

Desde el Tantra, inferimos que la humildad se hace realidad a través del escuchar (sunya), aceptar (maniaa) y el amor (bhaau).

El ego, el estatus, el orgullo, son los obstáculos del aprendizaje espiritual, no la falta de entrenamiento en una técnica particular. Es la identificación falsa con lo que crees que eres, con lo que quieres, con lo que tienes. Domina a los cinco ladrones (apego, lujuria enojo, ambición y orgullo), mantén tu conciencia en su lugar y discierne la verdad de tu realidad al diluir tu ego y tus construcciones mentales.

El orgullo se manifiesta cuando no aceptas profundamente las limitaciones naturales de ser una consciencia contraída en un mundo que fluye con consciencia universal que depende del Todo y no solamente de ti. Las cinco limitaciones fundamentales son: aceptar que sabes solo lo que sabes, que solo tienes el poder que tienes, que puedes hacer lo que puedes hacer, que todo toma un tiempo y sucede en un espacio limitado. El reconocimiento de todo ello más que empequeñecerte, te trae libertad y liviandad de ser tú como el tú que eres.

El orgullo tiene 2 polaridades, como todo lo que existe en este mundo manifestado: Su polaridad positiva es el sentimiento de satisfacción hacia algo propio o cercano a uno que se considera meritorio.

Su polaridad negativa es el exceso de estimación y satisfacción hacia uno mismo y hacia los propios méritos, de acuerdo con sus características, cualidades y acciones, por los cuales la persona se cree superior a los demás.

Una persona orgullosa en su polaridad negativa, muestra soberbia, altivez, vanidad y arrogancia, e incluso desprecio hacia los demás. Todo esto puede llegar a bloquear las ideas impidiendo procesar nueva información y empatizar con los demás, tal y como lo haría un muro que nos encierra en un espacio muy pequeño, nuestro ego. Creemos falsamente que todo gira a nuestro alrededor.

El orgullo negativo es un sentimiento que suele aparecer cuando nos sentimos atacados y tenemos que defendernos. Puede aparecer a causa de una discusión con alguien ya que es común que creamos tener la razón. Pero no nos podemos quedar en esa posición, hemos de practicar la empatía y procurar entender qué ha vivido y experimentado la otra persona durante el conflicto.

Tenemos que saber lidiar con el orgullo negativo porque, aposentarnos en la razón absoluta, lo único que hará será alejarnos de la comprensión de la realidad y de la comunicación con la otra persona. En una relación tenemos que intentar dejar el orgullo para procurar que el respeto fluya entre ambos. Sin embargo, no siempre es fácil controlar ese sentimiento y, muchas veces, podemos vivir una auténtica lucha interna al intentar calmar esta emoción.  Hemos de aprender a controlarla y comprender que no tenemos la razón universal.

¿Cuáles son las causas del orgullo negativo?:

·     Terquedad: hay personas que se quedan con una idea en la que cabeza y a las que les cuesta salir de ahí.

·     Inseguridad: aunque aparenten lo contrario, el orgullo se usa como una arma para defenderse.

·     Desequilibrio en la relación: se vive una situación de desequilibrio. El que normalmente tenía la razón considera que siempre la seguirá teniendo. Se vuelve una relación de superioridad-inferioridad emocional que puede llegar a ser muy tóxica. Una relación ha de ser entre iguales, de lo contrario, nunca terminará bien.

·     Complejo de superioridad: la mayor parte de su vida se siente superior al resto.

Entonces, desde esa posición «elevada» valora y actúa según su único criterio.

¿Cómo terminar con el orgullo negativo?: Es esencial intentar rebajar la intensidad de esta emoción si queremos disfrutar y vivir una relación equilibrada y sana. El orgullo crea una desigualdad peligrosa e injusta.

Fomentar la comunicación – Está claro que tú tienes tus razones y que, por supuesto, las entiendes perfectamente. Pero el otro también tiene algo que decir y, por ello, debes escucharle.

Resolver el conflicto – Al conocerse de forma más profunda, pueden haber momentos de desacuerdo. No pasa nada. No se acaba el mundo. Las discusiones tienen que tener un objetivo claro: resolver el problema. Por ello, debe haber un compromiso por parte de los dos que abogue para poder disfrutar de una convivencia mucho más próspera y positiva para ambos.

La relajación es básica para dejar el orgullo – No actúes en caliente. Ante cualquier disputa es común que aparezca el impulso de defensa y orgullo. Sin embargo, no debemos dejarnos llevar por estas emociones sino que hemos de actuar de forma racional y clara. Puedes pedir unos minutos, dar un paseo, hacer un poco de yoga o meditación y despejar la mente. Con una actitud más relajada y calmada, podrás afrontar la situación y alejar el orgullo.

Empatizar, la clave para dejar de ser orgulloso – Es importante dejar a un lado nuestro ego para intentar comprender cómo se ha sentido la otra persona. En lugar de centrar tu atención en que tú tienes la razón universal, tendrá sus motivos que le hayan hecho actuar así, por tanto, pregúntale, escúchale y procura ponerte en su piel.

No te ofendas tan fácilmente – Si buscas razones para sentirte ofendido, encontrarás las que quieras. Esta manera de pensar te hace más débil, ya que provoca que estés continuamente a la defensiva y malgastando tu energía mental con confrontaciones innecesarias. Sé humilde, sé compasivo y sigue adelante con la vida.

Deja de pensar en lo que piensen de ti – La inseguridad, el miedo al fracaso o el miedo a ser juzgados, muchas veces están detrás del comportamiento orgulloso. Piensa en ti antes de pensar en lo que los demás piensan de ti. Dejas de ser tú mismo y eres lo que los demás quieren que seas. No puedes controlar lo que los demás piensan de ti

Identifica que eres orgulloso, y reconoce que existen situaciones en las que eso puede jugar en tu contra. Consigue la paz interior y no dejes que te afecte lo que los demás piensen de ti puede ayudarte a ser más humilde y a mejorar las relaciones interpersonales. Es una manera muy frecuente de dejar de vivir el momento presente y no beneficia tu bienestar. Además, no hay nada más seductor que mostrarte totalmente en sintonía contigo misma, y vivir la vida tal y como te gustaría vivirla. Piensa en ti antes de pensar en lo que los demás piensan de ti. La felicidad se consigue conociéndose a si mismo y luchando por lo que te gusta. Cuando entras en sintonía contigo mismo, entras en un estado de flujo y todo cuesta menos.

Reflexiona sobre lo que ocurre a tu alrededor para poder recuperar tu identidad como sujeto y no como objeto. Es agotador estar siempre pendiente de controlar la imagen que damos hacia el exterior. Salirse lo antes posible de este círculo vicioso e invertir el tiempo en quererte a ti mismos, es dar un paso hacia adelante y recuperar tu “yo” auténtico. Conócete a ti mismo, lucha por lo que quieres en la vida y crece como persona. Cuando entras en sintonía contigo mismo, entras en un estado de flujo y todo cuesta menos.

Quítate de encima la necesidad de tener la razón siempre – Recuerda que no todo el mundo piensa igual que tú, y que pueden existir diferentes verdades según el punto de vista desde el que se mire. Además, aunque no compartas el pensamiento de otra persona puedes aceptarla igualmente, pues la gente también tiene derecho a equivocarse. Vivir en un estado de competición continua contra los demás puede ser muy agotador y muy perjudicial para ti. Mostrarte abierto a las opiniones de los demás y escucharles va a beneficiar enormemente a tus relaciones interpersonales.

Supera la necesidad de sentirte superior a los demás – Mejorar constantemente no tiene nada que ver con querer ser superior a los demás. El  desarrollo personal nace desde los deseos y los gustos internos de cada uno, no de la aprobación de los demás.

Querer juzgar a todo el mundo por su apariencia, sus posesiones o sus logros, tiene mucho sentido para alimentar el ego, pero es perjudicial al bienestar mental. Dividir a la gente entre ganadores y perdedores, es bastante triste. Esta forma de pensar lleva a la hostilidad, al resentimiento y la confrontación, y la larga, esta mentalidad te distanciará en vez de acercarte, pues siempre los verás como rivales. Esta necesidad de sentirte superior a los demás provocará que seas inflexible, así que puedes empezar por ser humilde. Antes de nada, acéptate tal y como eres: con tus virtudes y tus defectos.

Dale un toque de humor a la vida – Poner sentido del humor a los conflictos va a mejorar las relaciones interpersonales. Intenta ser compasivo con los demás y ríete de los problemas. No hay nada mejor que tomarse las cosas con humor para desestresarse y mirar la vida con menos angustia. Si conviertes tu vida en un drama, nadie va a querer acercarse a ti.

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